Con planes a futuro llega a los 52 años el Autódromo ‘Fangio’

Se inauguró el domingo 16 de enero de 1972 con una carrera de Prototipos que terminó con lluvia. Fangio lo proyectó como un circuito internacional que albergaría la F1, pero la FIA ni siquiera analizó la posibilidad. El antes y después de 2011 y la actualidad del circuito.

PISTA FLAMANTE. El autódromo el día de su inauguración, el 16 de enero de 1972.

 

Llega este martes a su 52° aniversario el Autódromo “Juan Manuel Fangio”, máximo capital turístico-deportivo que posee el Partido de Balcarce y por el cual han rodado las máximas categorías de nuestro país, incluyendo algunas sudamericanas y hasta internacionales. El acto fundacional del espacio establecido en la ladera sur de la Sierra La Barrosa ocurrió el 16 de enero de 1972, con un clima cálido, soleado pero que de a poco se fue nublando hasta terminar en un chaparrón torrencial que no dio tregua alguna a las 60.000 almas presentes. Su presentación al mundo fue con una carrera de Sports Prototipos, más larga de lo previsto.

 

Cualquier comentario queda corto cuando se trata de hacer referencia al máximo trazado serrano de la provincia de Buenos Aires, el único tatuado a máquina, martillo y cincel en medio de una de sierras las más imponentes de la región. Templo de la velocidad que custodia al alma del más grande: Juan Manuel Fangio. El autódromo tuvo un antes y un después, con una historia que bien podría dividirse en dos partes: 1972-2011 y 2011 en adelante, la fecha bisagra: 13 de noviembre, y casi todos saben el porqué, aunque para las nuevas generaciones es necesario recordar, que ese domingo fue el día de la peor tragedia registrada hasta la fecha.

 

Se trató del accidente con posterior muerte de Guido Falaschi, ocurrido a la salida del puente durante la disputa de la 15° final del torneo de Turismo Carretera de ese año. Pasó mucha agua bajo el puente, varias categorías zonales y nacionales, pero el TC no volvió desde entonces. Y a tal efecto se trabaja al día de hoy, con fondos gestionados a nivel provincial, y un presupuesto inflado que parece una aventura completar. Las tareas en el autódromo son mayúsculas pero posibles, y eso justamente es lo que alimenta a la comunidad “tuerca” la posibilidad del regreso de la máxima, aunque no hay precisiones de cuándo: si en este año o el próximo.

 

LARGADA. Hine (azul) y Wissel (rojo), en la primera fila de la final. El Mercedes del “Chueco” y la tormenta.

 

 

El circuito bonaerense que hizo historia

 

En 1967, se empezó a darle forma a una idea de Fangio, que había quedado prendado cuando vio la espectacularidad que ofrecía en el autódromo de la Quebrada de Zonda, en Rivadavia, San Juan. El circuito cuenta con la particularidad que se halla enclavado en medio de la montaña, en un complejo entre cerros que hasta su construcción parecían imposibles. Fangio imaginó algo parecido en la sierra más grande del partido: La Barrosa, que, a diferencia del suelo sanjuanino ofrecía un suelo un poco más maneable. Asique el “Chueco” fue tras los ingenieros de aquel proyecto: José Romano Petrini y Alberto Olivera.

 

Los ingenieros sanjuaninos se ajustaron a los consejos de Fangio que, aunque no conocía mucho de ingeniería, sabía cómo adecuar el circuito a la dinámica de los pilotos. En paralelo, la intendencia a cargo del Cap (RE) Juan José Mare, recibía los fondos necesarios para iniciar las obras y la obra comenzó a fluir a pasos agigantados. Las máquinas daban batalla a ese suelo poco explorado e inepto para la construcción. Al lugar llegaban los medios especializados de entonces, como Carburando, Campeones, Automundo, Corsa o El Gráfico, para entrevistar al intendente, que los recibía en medio de ese barro arcilloso.

 

Casi en paralelo a la construcción del Autódromo, se conformó la comisión Pro Socios Fundadores del autódromo “Ciudad de Balcarce”, compuesta por más de 3.400 vecinos que aportaron el dinero restante para culminar la obra que, aunque muy acelerada, no llegaba a los plazos previstos. En la última etapa, entre fines de noviembre del ’71 hasta su fecha de apertura, el trabajo, sudor y esfuerzo dejado en La Barrosa, fue titánico. Finalmente, el gran día llegó: 16 de enero de 1972. El autódromo vio la luz, y el paredón serrano empezó a mostrarse como algo cotidiano. Fue el inicio de la historia del circuito.

 

ILUSTRES. “Gigi” Villoressi, Fangio y Oscar Gálvez, el día de la inauguración. Hubo 60.000 personas.

 

 

La primera carrera, un fracaso

 

Aun con los boxes apuntalados, a medio terminar, y los servicios y señaléticas estampadas a las apuradas, el circuito se inauguró entre bombos y platillos con una carrera de Sport Prototipo internacional, aprovechando que una semana antes se habían disputado los 1000 Kilómetros de Buenos Aires del Campeonato Mundial de Marcas (actual WEC). El viernes, con la pista sucia por los resabios de la construcción, el bahiense Héctor Plano, posterior subcampeón argentino de la categoría, fue el primer piloto en el historial en dar una vuelta completa al circuito. Fue con un Baufer que finalmente no soportó la carrera.

 

Solo pudo completar 13 vueltas en la primera serie, y no le permitieron largar la segunda. En tanto, el sueco Reine Wisell marcó la pole (1m35s05, a 167,425 km/h) con otro Lola T212. El domingo la competencia, pactada a dos series de 35 vueltas por suma de tiempo para el resultado final, casi no se disputó. Una tormenta se abatió sobre el circuito una hora y media antes de la hora fijada para la partida. Estuvo a punto de suspenderse, pero se pudo correr. Había 18 autos anotados, pero sólo largaron 14, cinco de ellos conducidos por pilotos argentinos. La final fue un tedio que no estuvo a la altura del acontecimiento.

 

EL PODIO. Carlos Pace, John Hine y Joakim Bonnier, con sus copas. El niño?: Marianito Mare.

 

 

John Hine, el primer ganador

 

La categoría no era conocida y el piloto que la ganó menos: John Hine, un robusto inglés de largas patillas y mirada clara, que se impuso a bordo de un Chevron B19 azul, a 165,883 km/h. Fue escoltado por el brasileño José Carlos Pace (AMS) mientras que el sueco Joakim Bonnier (Lola T212), fue tercero. El argentino mejor clasificado fue Néstor Jesús García Veiga. El arrecifeño, campeón argentino de Sport Prototipo en 1970 terminó séptimo con un Lola T212 de dos litros, del equipo del sueco Joakim Bonnier, a cuatro vueltas del ganador. Al final, una torrencial lluvia veraniega le bajó el telón a un día histórico.

 

 

PROTAGONISTA BALCARCEÑO. “Cacho” Fangio, con el Berta Tornado. Apenas largó la final.

 

 

Fórmula 1, la gran frustración del “Chueco”

 

La idea original de Juan Manuel Fangio, involucrado en la construcción de la pista, era que el autódromo pudiera hospedar a partir de 1973 el Grand Prix de la República Argentina de Fórmula 1, pero el autódromo fue terminado sobre la hora, la infraestructura no era la mejor, la lluvia complicó los planes y los europeos sugirieron que el autódromo nunca sería aprobado por la FIA para un GP de F1. Con todas en contra, el “Chueco” no insistió más y a partir de allí, el circuito se limitó a recibir categorías nacionales, o con organización nacional, pero participación regional, como sucedió con la F2 Sudamericana.

 

ACCION. García Veiga (8) supera a Faccetti (2) por afuera, en uno de los contados sobrepasos.

 

El Fangio, antes del 13/11

 

Antes de esa fecha fatídica, el Fangio fue escenario de tantísimas categorías de toda índole: Sport Prototipos, F1 Mecánica Nacional, F2 y F3 Sudamericana, CAP Datsun, TC2000, Top Race, monopostos, Rally, motos GP, y por supuesto el TC, la categoría nacional que más veces lo visitó cuando dejó los peligrosos semipermanentes para pasar a los confiables autódromos. Todo está escrito entre sus piedras: su circuito mutó miles de veces, a causa de las rompeduras producidas por las vertientes serranas. Un estudio realizado hace algunos años, encontró asfalto del autódromo a casi 10m bajo tierra.

 

 

 

Mare: “es uno de los escenarios más reconocidos del país”

 

Meses antes de su fallecimiento, en 2010, el intendente de entonces Juan José Mare recordó aquellos días de la titánica obra: “Por aquellos días costaba mucho trabajar, hubo deslizamientos e inconvenientes que nunca pudieron resolverse. Creo que fue un esfuerzo titánico, pero lo hicimos porque la gente de Balcarce puso su apoyo y se pudo hacer. Hoy es uno de los escenarios automovilísticos más reconocidos del país y oportunamente decidimos ponerle el nombre de Juan Manuel Fangio como un homenaje en vida, como deben ser los homenajes”, decía el militar retirado. Su hijo, Mariano lo recordó en un acto.

 

Fue justo en el marco del medio siglo del trazado, el año pasado y cuando la Pandemia todavía nos traía sinsabores: “Los balcarceños no nos podemos permitir que este lugar desaparezca. Debemos cuidarlo, recuperarlo, darle auge, crecimiento y potenciarlo como lo que es: uno de los mejores autódromos del país”, replicó el candidato a intendente. Cinco meses después, en un acto de entrega de 70 viviendas que se realizó en el Museo, el Gobernador Kicillof anunció que “Llegarán fondos de inversión para el autódromo”, una cifra estimada en los 70 millones de pesos, de la que aún no se han dado mayores datos.

 

FOTOS: Gentileza Prensa YPF – Combustibles Serranos

Artículos Relacionados

Deja un comentario

Volver al botón superior