Situación dramática padecen los ámbitos de fútbol sintético local
El único deporte-servicio de la ciudad que se mantiene inactivo desde el inicio de la cuarentena. En la ciudad existen cinco ámbitos y todos están concesionados por lo cual, aunque no operen, generan deudas. Esperan reactivarse en el último trimestre.
Dramática situación a causa de la cuarentena preventiva al COVID19 vive en particular el sector afín al fútbol de alquiler o como habitualmente se lo conoce, fútbol sintético. Desde el pasado 16 de marzo hasta la fecha de este informe, las canchas de país se mantienen inactivas, siendo este uno de los deportes que aún espera la aprobación del protocolo elevado a nivel nacional. El protocolo, aunque muy explicativo, no garantiza un determinado cumplimiento a las normas de distanciamiento social y prevención, según lo sostenido por los organismos nacionales. En el norte han cerrado varios complejos.
En el orden local la situación no escapa al dramatismo. Los cinco ámbitos habilitados para la práctica de este deporte dejaron de activarse desde el pasado 16 de marzo. En paralelo, Sintético Fútbol 6, Sportivo Trabajo, El Potrerito, Punto Gol y Racing Club debieron paralizar su actividad, siendo este el único de los deportes sociales que desde la veda registra inactividad absoluta, con el agravante de que se trata de una fuente de trabajo tanto en su movimiento comercial como competitivo. En este sentido, Sintético fútbol 6 (Liga SF6) y Sportivo Trabajo (Liga Costasur), han visto mayor merma en la actividad.
Pérdidas importantes y rehabilitación complicada
Según datos oficiales el costo de alquiler de una cancha de fútbol 7 por una hora ronda entre los $1.400.- y $1.600.- (s/luz) y entre $1.800 y $2.000.- (c/luz). Una cancha local, operando desde las 18, puede llegar a rentar hasta 7 turnos por día, y hasta 9 por fin de semana. El movimiento también genera un importante consumo en el buffet, generalmente con las bebidas y comidas rápidas. En un torneo el movimiento es similar en cuanto a los alquileres, pero mayor en cuanto al consumo, ya que las competiciones son con entrada libre y el flujo de gente es más marcado. También trabaja mucha gente.
Durante la semana, un ámbito de fútbol sintético se maneja con muy poco personal: gerente de cancha, personal de limpieza y a lo sumo un parrillero. Con los torneos la cuestión cambia: al gerente de cancha se le suman, árbitros, franqueros, planilleros, fotógrafos y hasta operadores de video. También seguridad y asistencia médica o ambulatoria, un servicio que deberá contarse de manera obligatoria. Cerrando el círculo un parrillero y un técnico, en caso de inconvenientes de mantenimiento. Tanta gente dispuesta y tantos aficionados ya complican una regla básica: la distancia social.
Aunque el protocolo proponga reducir el número de jugadores por turno (una hora) y que cada persona firme una declaración jurada afirmando no tener coronavirus, no hay garantías que eso suceda ni gente dispuesta a controlar esta situación, salvo que se instruye un personal especial para tal efecto. Otras cuestiones como el roce, el plano social, la distancia entre jugadores que salen y que entran al turno por la misma vía resultan también bastante complejas de maniobrar, más allá de que personal comprenda el uso obligatorio de cuanta normativa preventiva se autoimponga a fin de poder trabajar.
Un protocolo en lista de espera
Viendo que otros deportes con ingresos comerciales como la natación, padel o gimnasios, que operan más como un servicio, se han vuelto activos, el fútbol sintético aún espera respuestas para su reactivación, soportando tortuosamente los embates con cero ingresos dentro de un mar de deudas cada vez más importante, ya que todos los ámbitos pagan a su vez un alquiler por el lugar que concesionan a clubes o particulares. A eso se suman los gastos de expensas (que se les cobra regularmente) y el stock del servicio de buffet. Estos motivos son más que suficientes como para reclamar una pronta y urgente reapertura.
Pero viendo cómo se maneja el panorama, con un país que no sale de la fase 3 y una ciudad que al momento registra 14 casos positivos y más de 400 personas aisladas, es que estas acciones se ven cada vez más dificultosas. En algún cajón del ministerio de Turismo y Deportes descansa el protocolo de 27 páginas que detalla punto por punto las acciones a cumplir por la actividad dentro de nuestro país. Un escrito del que dependen más de 500 canchas sintéticas que a su vez han elevado copias a sus respectivos municipios. La Comuna ya posee una copia. El fútbol sintético espera.