Martín Calamante confirmó su alejamiento del automovilismo
“Cierro una etapa que tantas alegrías y satisfacciones me dio”, dijo en su cuenta de Facebook. Aunque se trató de una decisión personal los motivos son más que obvios: la muerte de su padre de la que hoy se cumplen 5 meses. “Lo disfrutaba con él”, dijo.
“Bueno creo que hoy es un día muy difícil”, inició el post del Fecebook de Martín Calamante, este sábado. “Cierro una etapa que tantas alegrías y satisfacciones me dio. Hoy decido retirarme del automovilismo, es una decisión muy dura para mí, los golpes de la vida son fuertes y siempre dejan marcas”, continúa el escrito. No mucho más que decir tuvo el piloto de Promocional, que a puro esfuerzo se hizo de un lugar en una de las divisionales más competitivas del Zonal y cargando con orgullo un apellido enorme: Calamante, pareciera acuñado solo para acompañar la puerta de un coche de carreras.
Los motivos de su alejamiento son personales y hasta obvios: la pérdida su padre Carlos Rubén (hace exactamente 5 meses), devastó al piloto, ya que “el gordo” además, era el motivo por el cual corría, el otro combustible que necesitaba su Citroën albirrojo que emulaba los tiempos de su padre en el TC. “Habíamos hablado con papá para hacer un auto prácticamente nuevo. Compramos un motor con la intención de tener todo el conjunto propio y el auto listo para mitad de año, pero pasó lo que pasó y el auto quedó ahí”, dijo con tristeza, al tiempo que afirmó “ni se me pasa por la cabeza venderlo”.
La decisión de Calamante es firme aún si se pudiera correr en el “Fangio”: “Ya lo tengo decidido, no voy a volver a correr, aunque eso ocurra en Balcarce. Lo disfrutaba con él, lo hacíamos juntos. Me faltaría algo. Si un día quiero ir a dar una vuelta iré solo al autódromo”, aseguró. Hace pocos días, el piloto cumplió 29 años, el primero sin su padre, su trayectoria es más bien intensa: se inició en el fútbol, luego pasó al karting y desde hace algunas temporadas corre en Promocional. Es sobrino de Mariano Alberto y primo de Mariano Andrés, hermano de María Celeste quién como el, sabe del ruido desde chiquita.
Había formado un gran grupo de trabajo y se dio el gusto de ganar en el “Fangio” el año anterior. Vendió la casa de repuestos que tenía con su padre y se fue a vivir a Gral. Madariaga donde realiza un modesto trabajo en una Estación de Servicio. Su despedida por redes fue tan amarga como emotiva: “Simplemente gracias y eternamente agradecido a la cantidad de gente que me acompañó durante todos estos años. Son realmente muchísimos y no quiero olvidarme de ninguno. GRACIAS PAPÁ, la vida se llevó lo que más quería y hoy dejo lo que tanto nos apasiona. Te quiero mucho. Martín Calamante”